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Descubre el Síndrome de Kanner, un trastorno autista que evolucionó a TEA

Descubre el Síndrome de Kanner, un trastorno autista que evolucionó a TEA. El Síndrome de Kanner es un trastorno autista clásico, descrito por el doctor Leo Kanner en 1943. Caracteriza por una interacción y comunicación social anormal, indiferencia a las reacciones humanas, poca empatía y afecto.

Historia del Síndrome de Kanner

El Síndrome de Kanner fue descrito por el doctor Leo Kanner en 1943. Kanner, un psiquiatra austríaco-emigrado a Estados Unidos, había observado una serie de niños con síntomas similares y decidió documentar y describir sus descubrimientos. En su artículo «Autistic Disturbances of Affective Contact», Kanner describió a once niños con una serie de características comunes, incluyendo problemas con la interacción social, el lenguaje y la comunicación.

Características del Síndrome de Kanner

Características del Síndrome de Kanner

El Síndrome de Kanner caracteriza por una interacción y comunicación social anormal, indiferencia a las reacciones humanas, poca empatía y afecto. Presenta problemas de lenguaje, rituales repetitivos, y conductas sociales limitadas. En contraste con el Síndrome de Asperger, el Síndrome de Kanner implica problemas cognitivos, comunicativos y sociales más graves.

Los síntomas incluyen una tendencia a mostrar interés por objetos inanimados en lugar de personas, problemas de lenguaje, rituales repetitivos, y carencia de imaginación.

Diferencias con el Síndrome de Asperger

En contraste con el Síndrome de Asperger, el Síndrome de Kanner implica problemas cognitivos, comunicativos y sociales más graves. Los individuos con Síndrome de Kanner presentan una mayor afectación cognitiva y lenguaje comparados con aquellos con Síndrome de Asperger, quienes generalmente tienen habilidades cognitivas y lenguaje normales. Además, los individuos con Síndrome de Kanner suelen presentar problemas más severos en la interacción social y la comunicación.

Síntomas del Síndrome de Kanner

Los síntomas incluyen una tendencia a mostrar interés por objetos inanimados en lugar de personas, problemas de lenguaje, rituales repetitivos, y carencia de imaginación. También pueden presentar problemas de hiperreacción a estímulos sensoriales, conductas agresivas y automutilación.

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Problemas de lenguaje y comunicación

Problemas de lenguaje y comunicación

Uno de los síntomas más comunes del Síndrome de Kanner es el problema de lenguaje, tanto articulativo como comprensivo. Los niños con Síndrome de Kanner pueden presentar dificultades para pronunciar palabras correctamente, tener una articulación defectuosa, o no entender instrucciones o instrucciones sencillas. Además, pueden tienen dificultades para comunicarse por escrito o a través de otros medios, lo que puede llevar a la frustración y la ansiedad.

Rituales repetitivos y conductas sociales limitadas

Rituales repetitivos y conductas sociales limitadas

Los individuos con Síndrome de Kanner pueden presentar rituales repetitivos, es decir, comportamientos impulsivos y repetitivos que ayudan a ellos a sentirse más cómodos o seguros. Estos rituales pueden incluir actividades como ordenar y arreglo de objetos, rituales de limpieza o repitiendo ciertas frases. A menudo, estos rituales pueden ser tan importantes para los individuos con Síndrome de Kanner que pueden sentirse ansiosos o desconectados si no pueden realizarlos.

Además, los individuos con Síndrome de Kanner suelen mostrar conductas sociales limitadas, lo que significa que pueden tener dificultades para comprender y responder a los señales sociales, como maintaining ocular contacto, física personal o compartir objetos. Esto puede llevar a la sociedad a experimentar un sentimiento de incomodidad o confusión debido a la falta de comprensión de los rituales y las comunicaciones del individuo afectado. Estas limitaciones sociales pueden ser muy estresantes para el individuo con Síndrome de Kanner, que puede experimentar la sensación de no poder conectarse con los demás de manera efectiva.

Problemas de interacción con los demás

Las personas con Síndrome de Kanner suelen tener dificultades para interactuar con los demás. A menudo, muestran indiferencia hacia las reacciones humanas y tienen una poca empatía y afecto. Esto puede hacer que sean amigos y compañeros naturales. Además, pueden leer labios, vocalizar y realizar gestos que no están acompañados de un significado. Esto puede llevar a que los demás les hagan preguntas o les hablen de manera desapropiada.

Evolución al Trastorno del Espectro Autista (TEA)

Con el tiempo, el término de «Síndrome de Kanner» comenzó a ser visto como arcaico y susceptible a críticas, ya que no era considerado un trastorno autista estrictamente, sino más bien una forma subtipificación del autismo. En la actualidad, el término «Síndrome de Kanner» se considera desactualizado y ya no se utiliza como diagnóstico médico.

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Cambios en la clasificación y diagnóstico

El diagnóstico del Síndrome de Kanner ha evolucionado significativamente en las últimas décadas. Anteriormente, era considerado un trastorno autista clásico, pero actualmente se considera que los trastornos autistas, incluyendo el Síndrome de Kanner, forman parte del espectro del Trastorno del Espectro Autista (TEA). En 2013, el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM-5) reemplazó las categorías previas de autismo, Asperger y trastorno autista clásico con un espectro continuo de síntomas, abarcando desde el autismo clásico hasta el autismo ligero. Este cambio en la clasificación refleja mejor la variedad y complejidad de los trastornos relacionados con el autismo.

Experiencias de los afectados y cuidadores

Como padres de un niño con Síndrome de Kanner, recordamos el día en que descubrimos que nuestro hijo empezaba a hablar y se comunicaba de una manera diferente. Fue como si el mundo se detuviera en ese momento. Simplemente nos miraba con unos ojos enormes y no podía creer lo que veíamos. Luego, pasamos a través de años de evaluaciones, diagnósticos y terapias. A medida que crecía, nuestra frustración y ansiedad aumentaron. ¿Cómo podríamos ayudarlo a conectarse con los demás? ¿Cómo podríamos sostener su necesidad de rutina y seguridad? Fue un viaje duro, pero hoy nuestro hijo sige fort y nos enseña día a día el valor de la vida y la resiliencia.

Como cuidador, recuerdo cuando mi joven hermano con Síndrome de Kanner comenzó a dibujar imágenes extrañas y repetitivas en su cuaderno. No sabía qué significaban, pero sentí que decía algo crucial sobre él. Luego, empecé a mirar hacia atrás en la memoria colectiva de nuestra familia y descubrí que él había dibujado imágenes similares desde muy pequeño. Él necesitaba canalizar sus sentimientos y emociones de una manera única. Lo que parecía exasperante en un momento dado, se convirtió en un medio de expresión creativa y reconfortante.

Conclusión

El Síndrome de Kanner es un trastorno autista caracterizado por la anormalidad de la interacción y comunicación social, problemas de lenguaje, rituales repetitivos y carencia de imaginación. Aunque ya no se diagnóstica como una categoría separada, sigue siendo importante para entender el autismo y sus variedades.

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